CUANTAS PALABRAS ESCÚCHO ,QUE NADA DICEN,
CUÁNTAS MELODÍAS, QUE NADA TRANSMITEN.
RUIDOS DE MOTORES Y SONIDOS DIVERSOS QUE
ME GENERAN LA MUY POTENTE NECESIDAD
DE ESCAPAR.
SIENTO LA NO PERTENENCIA, EL VÉRTIGO ME SUBLEVA.
TAL VEZ, PREFIERA EL LLANO A LAS CUMBRES Y EL
ATARDECER AL MEDIODÍA.
ME DESCUBRO PRISIONERO DEL CEMENTO Y LOS
SEMÁFOROS, DEL AROMA A PETRÓLEO QUEMADO Y
DE ROSTROS DESENCAJADOS QUE SACRIFICAN LATIDOS
PARA CONSERVAR LA ESPERANZA.
PARADO EN LA ESQUINA MISMA DONDE EL SOL SE CONFUNDE
CON SU SOMBRA Y DESDE EL MÁS PROFUNDO DE LOS SILENCIOS,
ME DECLARO HOY, EN REBELDÍA.
EMANUEL F GUIDO
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