jueves, 28 de mayo de 2015
DESCANSO
El eco del silencio se agiganta
sobre la inmensidad infinita de los recuerdos.
las aves señalan acaso con su vuelo
el antiguo sendero del pensamiento profundo.
El antes y el después intentan encontrarse
empujados por la briza helada de aquellas cumbres,
mientras que el presente adormecido,
se derrama lentamente sobre el agua,
que brota sin pausa,
arrastrando latidos desde el corazón mismo
del coloso montañoso.
Una pluma de cóndor señala el territorio,
un lugar donde rara vez el hombre
poza la oscuridad de su Alma.
Allí el tiempo no tiene razón de ser.
En este lugar los plásticos molestan,
los teléfonos no reciben señal y
la estupidez humana, se toma un obligado
descanso.
Eme aquí, despojado de los egos citadinos.
Eme aquí, pleno de mansedumbre
Eme aquí, feliz, con la esencia extendida
sobre la sublime creación de Dios.
EMANUEL GUIDO (8/5/2015)
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